Reglas de las Administraciones Tributarias: No creer sólo al Contribuyente

Esta es tal vez la regla número uno de la administración tributaria y la que impacta en la mayor parte de las actividades, dado que invita a verificar, de la forma más eficiente y automática posible, lo indicado por el contribuyente en interacción con la administración. Sea por desconocimiento, omisión deliberada o negligencia, es probable que cualquier contribuyente dado no esté en condiciones de reportar a la administración con un cien por ciento de certeza un valor dado.

Aunque esto representa un problema serio para la administración, la realidad es que puede ser mitigado en mayor medida implementando chequeos cruzados, esto es, definiendo canales de información que puedan ser validados de forma automática. Por ejemplo, si se le requiere a un contribuyente que declare el monto solicitado como hipoteca (algo usual en el caso del Impuesto a la Renta, o, en Argentina, Impuesto a las Ganancias), un canal con las entidades bancarias puede servir para determinar si el contribuyente ha solicitado ese monto a algún banco y así validarlo.

Claramente, esto requiere que una gran cantidad de información este disponible para verificar estos datos, y si está bien diseñado puede ser realizado de forma automática por la Administración, reduciendo costos y disputas.

Esta y otras reglas para administraciones tributarias se encuentran disponibles en la obra Principios de Administración Tributaria publicado por Thomson Reuters - La Ley.

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